miércoles, 4 de agosto de 2010

Confesiòn de golondrina.

Escribo , porque lo que leo no satisface mi vèrtigo ;
porque el dolor del mundo no me complace.
Escribo porque tiemblo y como toda golondrina, no camino.
Cuando llueve me mojo, y ciertamente no sè de que esta echo el vidrio;
no pregunto, como toda golondrina.
Ningun edificio me deja volar, asi que escribo el rio y las estrellas , al verde y a los doce millones de soles que no veo.
Choco contra una cortina de chapa que hace mucho ruido, cada vez que busco un horizonte.
Una hiedra de hielo corrompe mis hojas , pero las golondrinas no tiene hojas , y no lloran
y nadie las ve, porque vuelan muy alto.
Confieso que las golondrinas tambièn sueñan y nadie puede preguntarles, asi que no contestan. Pero no, no puedo comprarme horizontes

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